Mientras ando metido en cenas de despedida y en preparativos apresurados, voy poniendo cuco este rincón en el que daré buena (o mala) cuenta de mi estadía en tierras colombianas. Espero que este blog sea un puente para los que me quieran acompañar (cuenten ustedes con ese pie mío metido en la puerta de Latinoamérica), un diario de viajes, una terapia para desabrazarme de la nostalgia y un aleph en el que trataré de mostrarles todo lo que vea.
Bienvenidos, señores y señoras, y no lean si no quieren. El compromiso nunca fue buen entretenimiento (ninguno de los dos).
Ernesto, echarás cosas de menos, pero una nueva perspectiva se abre delante de ti. Y, por lo que se ve, más amable y cálida que estos fríos tiempos europeos. Disfruta y aprovecha tu nueva vida.
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